Cirsa avanza con la salida a bolsa. El gigante del sector del juego hizo público en mayo que analizaba, de nuevo, saltar a cotizar tras haberlo sopesado ya años atrás y, aunque sin un horizonte temporal confirmado, aseguran, sigue adelante con su ambición. La cúpula de la empresa ya se ha reunido en varias ocasiones con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a la vez que sigue de road show con potenciales inversores a los que acaba de presentar unas previsiones, tanto para 2024 como a medio plazo, como arma de seducción. La organización augura crecimientos de un dígito mientras luce un músculo inversor de 500 millones y promete rebajar la deuda con los fondos captados.
Según la documentación a la que ha tenido acceso elEconomista.es, la compañía propiedad de Blackstone se atreve a dar previsiones más allá de este mismo ejercicio. A corto plazo, asegura, espera un crecimiento de los ingresos netos de «un dígito medio» en el negocio físico -casinos, bingos y slots- y de entre el 20% y el 30% en apuestas y juegos online. «Se espera que resulte en un crecimiento general de un dígito alto», resume. El margen ebitda se mantendría también estable en las divisiones físicas y registraría «ligeras ganancias» en los departamentos en línea.
En el medio plazo la empresa que lidera Joaquim Agut espera un incremento de «un dígito medio» para el negocio offline y de entre el 15% y el 20% para el negocio online. Se traduciría en un aumento «de un dígito medio a alto» a nivel global. El margen ebitda mejoraría levemente en las divisiones offline y progresaría hasta entre el 20% y el 30% en las divisiones online.
Además, Cirsa confirmó sus previsiones para 2024. Aspira a incrementar sus ventas netas este 2024 hasta la franja de entre 2.110 millones y 2.160 millones de euros, lo que supondría una subida de entre el 6% y el 8% frente a los 1.990 millones de la pasada campaña. Mientras, el ebitda se colocará entre 680 y 710 millones, entre un 8% y un 13% más que los 630 millones del año fiscal 2023.
El grupo también se moja a la hora de dar previsiones sobre su política de negocio. Especial atención pone en el endeudamiento, a cierre del mes de junio situado en 2.501 millones de euros con una ratio sobre ebitda de 3,8 veces. Sin una salida a los mercados, la ratio se situaría entre 3,7 veces y 3,9 veces. No obstante, de acometerse el debut bursátil, parte de los fondos irían destinados a rebajar el pasivo, que quedaría en 2,75 veces. «Apuntaríamos a una ratio de apalancamiento de 2 veces a 2,5 veces», dice la empresa de cara al futuro.
El recorte del pasivo se haría sin renunciar a la estrategia de fusiones y adquisiciones que Cirsa ha protagonizado en los últimos años, con compras como CasinoPortugal, Apuesta Total (Perú), E-Play (Italia) y Ganabet (México), entre otras. «Nuestra capacidad para realizar fusiones y adquisiciones -que se financiarían con el flujo de caja existente o efectivo- estaría dentro del rango de 400 millones a 500 millones en los próximos tres años», cifra.
Por último, señala que buscarán un dividendo del 35% del beneficio neto ajustado para los futuros accionistas.
Cirsa avanza con sus planes
Los datos ya fueron presentados a los potenciales inversores en el road show que Cirsa lleva tiempo haciendo de la mano de Deutsche Bank, Morgan Stanley y Barclays, los tres bancos de inversión que coordinan el procedimiento.
En paralelo la dirección de la compañía ya ha visitado varias ocasiones las oficinas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para definir el folleto que se presentará al mercado en el caso de que finalmente se tome la decisión final de debutar en bolsa. En el seno de la firma se trabaja con un horizonte temporal de seis meses para cerrar la operación, siempre que se logre el precio esperado.
El propio Joaquim Agut confirmó esta misma semana que el procedimiento avanza en un evento organizado por El Periódico. El primer ejecutivo de la multinacional con sede en Terrassa (Barcelona) reafirmó la voluntad de salir a los mercados y aseguró que Cirsa está «preparada» para hacerlo. Matizó, eso sí, que no tiene «ninguna necesidad de salir si las cosas no están bien».
El directivo se refería tanto a la inestabilidad macroeconómica como geopolítica. «No me preocupa el consumo porque vendemos en muchos países. Lo que me preocupa es que un día se desvíe un misil. Los riesgos políticos son importantes, como las elecciones en Estados Unidos o las guerras que tenemos aquí al lado», ejemplificó. «La guerra tiene derivadas en la inflación, en los tipos de interés… No creo otro riesgo que no sea macroeconómico», zanjó. msn
